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Foto: AHL
César Melgarejo – Abel Cárdenas / EL TIEMPO
Memorias de celulosa: los fantasmas y recuerdos de los cines más emblemáticos de Bogotá
El panorama cinematográfico en Bogotá se ha visto transformado a lo largo de los años.
El 8 de diciembre de 1912 se proyectó la primera función de cine en el Salón Olympia, en Bogotá.
REDACCIÓN EL TIEMPO
Laura Natalia Bohórquez Roncancio
24 de junio 2023, 12:00 A. M.
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El sol se oculta tras las montañas que rodean la ciudad de Bogotá, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. Mientras las luces de la ciudad comienzan a parpadear, las calles cobran vida con el bullicio característico de una metrópolis en constante movimiento. Sin embargo, en medio de esta frenética actividad, se esconden vestigios silenciosos del pasado: los cines antiguos de Bogotá.
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Una vez vibrantes y llenos de magia, estos icónicos espacios han sido testigos de historias de amor, risas y lágrimas durante décadas. Cada uno de ellos lleva impresa en sus paredes la huella del tiempo y la nostalgia de una época dorada del cine.
Algunos de ellos, afortunadamente, aún se mantienen en pie, luchando por sobrevivir en un mundo moderno dominado por las nuevas tecnologías. Otros, lamentablemente, han desaparecido, víctimas de la vorágine del progreso.
El Teatro San Jorge está en ruinas.
TEATRO SAN JORGE
Foto: AHL
Mauricio Moreno. EL TIEMPO
Fueron reemplazados por modernos complejos de cine, donde la comodidad y la tecnología se imponen sobre la nostalgia. Las marquesinas que una vez anunciaron los grandes estrenos del séptimo arte ahora se encuentran en desuso, eclipsadas por las pantallas LED de los centros comerciales.
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Pero, ¿cuáles siguen en pie y cuáles se convirtieron en un simple fantasma en medio de la gris ciudad?
Dos grandes que tambalean pero no caen
Desde hace treinta años, ver titulares con la frase «Cae el telón» o «Se acabó la función» se hace cada vez más frecuente. O por lo menos así lo fue durante una buena época, cuando las empresas de cine y distribución comenzaron a situarse en varios puntos de Bogotá.
Pero antes de eso, cinemas de todo tipo introdujeron a los capitalinos a este séptimo arte. En 1924 se inauguró el Teatro Faenza, el cual está próximo a cumplir 100 años desde que vio la luz.
Teatro Faenza
Foto: AHL
Abel Cárdenas / EL TIEMPO
Fue construido en las viejas instalaciones de la fábrica de porcelana Faenza, auspiciado por José María Saiz y José María Montoya. Desde entonces, destinarlo a la proyección de productos cinematográficos siempre fue su objetivo y, a pesar de las dificultades, siempre velaron por ello.
Años después, de acuerdo con la página oficial del teatro, en 1945, «la Sociedad José María Saiz y Compañía se liquida y vende el Teatro Faenza a la empresa Circuitos Unidos, que a su vez lo vendería, años más tarde, al Circuito Presidente».
Recuperación del Teatro San Jorge en Bogotá
Foto: AHL
César Melgarejo | EL TIEMPO
Otro grande fue el Teatro San Jorge, el cual se camufla entre los colores pálidos y graffitis de la carrera 15 con calle 13. Todo comenzó en 1935, cuando Jorge Enrique Pardo soñó con levantar un teatro de cine con el mejor estilo Art déco.
Tres años después, su soñado recinto, de fachada azul y destinado al cine, abrió sus puertas al público. Por años, este fue uno de los escenarios más exclusivos de la capital, hasta que la continua venta del lugar hizo que fuese decayendo.
Aun así, su impacto fue tan grande que Idartes le compró por 1.352 millones de pesos el Teatro a un comerciante que lo quería convertir en una bodega. Años más tarde, su remodelación para darle una segunda oportunidad comenzó su rumbo.
Olympia: donde el cine triunfó
Inaugurado en 1912, este icónico lugar fue testigo de innumerables proyecciones y dejó una profunda huella en la memoria colectiva de los bogotanos.
FOTO: AHL
La proyección de la película Novela de una joven pobre le dio paso a la reproducción de un sinfín de exhibiciones cinematográficas, que llenaron de emoción a quienes tuvieron la oportunidad de de santarse allí.
Los hermanos Di Domenico, los famosos empresarios que trajeron el cine al país, fueron sus fundadores, en asocio con el célebre bogotano Nemesio Camacho.
— Historia Fotográfica de Bogotá y Colombia (@HistoriaFotBog) April 22, 2020
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Desde entonces, no solo se inauguró una sala de cine, sino que una mágica época de hazañas fílmicas nació para darle vida la ciudad. Si bien es cierto que cerró en mayo de 1945, las cenizas quedaron para darle la bienvenida una vez más en 1957.
FOTO: AHL (1957)
Teatro Olympia… Bogotà año 1960. pic.twitter.com/LzxbpTzp7P
«Fue otra época de fama y exclusividad», escribió EL TIEMPO en su momento, cuando con pésame le daba la despedida, en 1995, al lugar que inspiró a la capital a soñar a través del cine.
Estaba ubicado la carrera 9 con calle 25, donde tenía un aforo apto para 5.000 espectadores. Ahora, en su lugar, unas oficinas del banco Colpatria se alzan sobre el predio, albergando a cientos de trabajadores de la entidad.
De teatro a bodega en la carrera 13: el Teatro Caldas
FOTO: AHL
Por la carrera 13 con calle 57, entre el ruido de los buses, el polvo de la calle y el tumulto de gente que camina por la acera, está una pequeña bodega que en su momento fue un lugar muy importante para el cine en Bogotá.
A su lado, una tienda, un consultorio odontológico y un gimnasio. Los carteles y señales engañan al ojo de los transeúntes que por allí pasan, pues, si se alejaran, podrían ver los restos de una fachada con décadas de historia.
Se trata del teatro Caldas, o lo que queda de él. La idea de construirlo comenzó en agosto de 1917, cuando Bonifacio Vélez soñó con un gran y lujoso teatro.
Con 640 metros cuadrados de extensión, 24 palcos en dos filas, 350 lunetas de platea, columnas interiores con cornisas y gigantescos camerinos, este recinto fue uno de los más populares de los años 30.
Cinema Paraíso en 2011.
Foto: NA AHL
Carlos Ortega. EL TIEMPO
Adiós al paraíso de muchos: Cinema Paraíso
Estaba ubicado en la calle 120 con carrera 5, en la localidad de Usaquén. Hasta su último día se caracterizó por ofrecer una cartelera de películas distinta a la de otros cinemas, así como una experiencia única en alimentación y comodidad.
Nació en 1996, cuando una casa republicana se convirtió en una mezcla entre un bar y sala de cine. Años después, y con la llegada de la proyección digital y sonido Dolby 7.1, se convirtió en un establecimiento icónico del sector.
“El primero de mayo tendremos nuestras últimas funciones en esta sede, que sin duda se convirtió en un hito para Bogotá y para el cine independiente, que durante años presentó en sus pantallas las mejores imágenes de la producción cinematográfica de este nuevo siglo. Queremos dar las gracias por este tiempo en que fuimos felices, primero que todo a ustedes, nuestros clientes y amigos, por su confianza y fidelidad, por apreciar el buen cine como la buena mesa, por creer que la cultura está por encima de todo”, escribieron en un comunicado oficial.
Su cierre se debió principalmente por problemas con el arriendo del lugar. Federico Mejía, director de Cinema Paraíso y Babilla Cine, respondió, en una entrevista con el medio HJCK, que esto sucedió después de la pandemia.
«La decisión de cerrar la sala en Usaquén no corresponde a los resultados del cine porque funcionaba muy bien, pero no estábamos de acuerdo con la especulación inmobiliaria a la que estábamos sometidos», explicó, para luego hablar de la situación económica que estaban viviendo.
«Después de la pandemia, si bien los cines sufrieron también lo hicieron los propietarios de los inmuebles y pareciera que los únicos que teníamos que soportar las consecuencias éramos los arrendatarios», complementó.
¡Se buscan cines desaparecidos en Bogotá!
Con la llegada del cine comercial, muchos de los cines y teatros de la época comenzaron a despedirse de su audiencia. Aunque esto ha ayudado a que lleguen a más personas todo tipo de producciones, la nostalgia de los primeros recintos permanece.
Ahora bien, aunque estos no son todos los cines y teatros que ha tenido Bogotá, ciertamente son algunos de los muchos que permanecen en la memoria de los capitalinos y de todos aquellos que llegaron alguna vez a ocupar un asiento en sus salas.
Bogotá, calle 12 – carrera sexta, se observa el teatro Atenas después del bogotazo.
FOTO: NA AHL Foto de Sady González 1948 #ViajeEnELTIempo pic.twitter.com/xZlENIqx6h
— Historia de Colombia (@colombia_hist) May 27, 2021
Aun así, como se dijo previamente, no fueron los únicos. Según un artículo publicado por Radio Nacional, la lista es bastante extensa, pues en toda la ciudad se podían encontrar.
Es por ello que, en la siguiente lista, podrá encontrar los nombres de algunos de los más recordados, de acuerdo con el medio:
Aladino, Almirante, Arlequín, Astor Plaza, Atenas, Avirama (Fontibón), Azteca, Bacatá, Bogotá, Calipso, Chapinero 1 y 2, Cádiz, Cinema Ricaurte, Cinelandia, Cinemas 1, 2, 3, 4 y 7, Coliseo, Copelia, El Carmen, El Cid, El Dorado, Embajador, Esmeralda, Ezio, Faenza, Iris, Kennedy, La Comedia, Lago, Las Cruces, Libertador, Lido, Lucía, Lux, Metro, Metro Rivera, Metropol, México, Milán, Minuto de Dios, Mogador, Novedades, Olympia, Opera, Palermo, Patria, Ponce Sur, Quiroga, Radio City, Real, Roma, Royal Plaza, San Carlos, San Jorge, San Remo, Santa Cecilia, Santa Lucía, Santander, Scala, Sucre, Tequendama, Tisquesusa, Trevi.
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El archivo Acevedo, que tiene algunas de las filmaciones más viejas de la historia del país, fue reconocido por la Unesco.
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